jueves, 29 de marzo de 2012

Miguel Hernández 70 aniversario de su muerte…

 70 aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández, un hombre cuyo único delito fue usar su pluma a favor de lo que el que pensaba que era lo correcto, y que la desbandada general de sus mal llamados “amigos” le dejó  prisionero haciendo como el decía medio en broma, “ turismo por las cárceles de España”.
Miguel nació en Orihuela, un pueblo del Levante español, rodeado de la verde huerta del Segura, hijo de un contratante de ganado, transcurrió su niñez y adolescencia en medio de la naturaleza, entre cabras, contemplando la luna y las estrellas, la lluvia, las propiedades de las hierbas… Por las tardes ordeña las cabras y reparte la leche por el vecindario, apenas le deja tiempo para asistir al colegio.

Acude a la escuela del Ave María, anexa al Colegio de Santo Domingo, donde estudia gramática, aritmética, geografía y religión, destacando su extraordinario talento. En 1925 cuando apenas acaba de cumplir los quince años, tiene que abandonar los estudios, para volver a conducir cabras en las cercanías de Orihuela. Pero el sin embargo embellece esa vida con la lectura, Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla, Rubén Darío, le abren un mundo hacia la poesía. Y así comienza a escribir sencillos versos a la sombra de un árbol. El joven pastor va llevando a cabo un maravilloso esfuerzo de autoeducación con libros que consigue en la biblioteca del Círculo de Bellas Artes. Poco a poco irá leyendo a los grandes autores del Siglo de Oro, Cervantes, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Góngora y Garcilaso, junto a autores contemporáneos como Juan Ramón Jiménez, y Antonio Machado.

En 1930 Miguel, comienza a publicar poemas en el semanario El Pueblo de Orihuela y en el diario El Día de Alicante. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios del levante.
En 1934 tiene un empleo en Madrid, para recoger datos y redactar historias de toreros, a la vez, que sigue con su obra de poemas, lentamente va creándose un círculo de amigos, Altolaguirre, Alberti, Cernuda, Delia del Carril, María Zambrano, Vicente Aleixandre y Pablo Neruda.
Son Neruda y Alberti, los que le inician en el surrealismo y le sugieren las formas poéticas revolucionarias y la poesía comprometida, influyendo en la ideología Social y Política. Es entonces cuando Miguel Hernández, es ya un poeta hecho y comienza a crear lo más logrado y genial de su obra.


En 1936 estalla la Guerra Civil, en julio, la cual le obliga a tomar una decisión, sin lugar a dudas, toma el bando Republicano. Y pone a su disposición no solo su persona, sino que también su creación Lírica, que se trueca en arma de denuncia, testimonio, e instrumento de lucha.
Se le envía a hacer fortificaciones en Cubas, cerca de Madrid, luego le trasladan por diversos frentes, Boadilla del Monte, Pozuelo, Alcalá, en plena guerra logra escapar brevemente para casarse con Josefina Manresa, a los pocos días marcha con el frente a Jaén. Es una vida agitadísima de continuos viajes y actividad literaria. Todo esto y la tensión de la Guerra, le ocasionan una anemia cerebral aguda.

Varias obritas de Teatro en la guerra y dos libros de poemas han quedado como testimonio de estos momentos tan difíciles en la vida del autor, Viento del pueblo (1937) El hombre acecha (1939).
En la primavera de 1939, ante al desbandada general del frente republicano, Miguel Hernández intenta cruzar al frontera portuguesa y es devuelto a las autoridades españolas. Así comienza un largo peregrinar por las cárceles; Sevilla, Madrid, difícil imaginar la vida en aquellas prisiones en los meses posteriores a la guerra. Inesperadamente, a medidos de Septiembre de 1939 es puesto en libertad. 

Fatídicamente empujado a Orihuela para encontrarse con su amor, es encarcelado de nuevo. Y comienza de otra vez a peregrinar por los penales de Madrid, Ocaña, Alicante… hasta que su indefenso organismo se va consumiendo inexorablemente, el 28 de marzo de 1942, expira a los treinta y un años de edad.
Dejando su legado, para todos los que alguna vez, sintieron curiosidad por saber, por leer, por amar… este es uno de mis poemas favoritos del autor, espero que os guste. Es tan inmortal e intemporal que parece escrito ayer mismo.


VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.
¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

sábado, 24 de marzo de 2012

Poesía rescatada...

Hace unos días con la llegada de la primavera, se celebró el día mundial de la poesía, a lo largo de estos meses en los que muchos me habéis acompañado, en mis entradas sobre grandes escritores y escritoras, os habréis dado cuenta de que a los poetas no les dedico quizás , todo el tiempo y todo el sitio que se merecen, y no es por que no me guste al poesía, adoro la poesía, mis primeros tropezones con la literatura, fueron escribiendo pequeños poemas, o grandes según se mire, poemas que nunca fueron lo suficientemente fuertes como para poder “ escribirlos” para un blog, por que a mi la poesía, la de verdad, me gusta cuando te cuenta una historia, un momento, una tesitura en la vida o en el espacio, y hay poemas que nunca se olvidan, como el primero que yo aprendí en el colegio ( antes aunque parezca mentira, había que declamar poesía en el colegio, leer en voz alta, y hablar y escribir correctamente). Mi primer poema, aprendido de memoria venía en mi libro de lecturas “Cuenta Gotas” (por eso el nombre de este blog) y era de los hermanos Quintero

La Rosa
“Era un jardín sonriente;
era una tranquila fuente
de cristal;
era, a su borde asomada,
una rosa inmaculada
de un rosal
Era un viejo jardinero
que cuidaba con esmero
del vergel,
y era la rosa un tesoro
de más quilates que el oro
para él.
A la orilla de la fuente
un caballero pasó,
y la rosa dulcemente
de su tallo separó.
Y al notar el jardinero
que faltaba en el rosal,
cantaba así, plañidero,
receloso de su mal:

-Rosa la más delicada
que por mi amor cultivaba
nunca fué;
rosa la más encendida
la más fragante y pulida
que cuidé;
blanca estrella que del cielo,
curiosa de ver el suelo,
resbaló;
a la que una mariposa
de mancharla temerosa
no llegó
¿Quién te quiere?¿Quién te llama
por tu bien o por tu mal?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?”

Años después descubrí, que aquí no terminaba el poema, era tan solo un pedazo, pero luego ya fui incapaz de aprendérmelo completo, (esto demuestra el deterioro de las neuronas con el paso del tiempo) y es que soy capaz de declamarlo de corrido hasta este mismo punto, lo he repetido cientos de veces, pero la siguiente parte, la tengo que leer, mirar, volver a leer y al final no se me queda, cosas de la memoria.

¿Tú no sabes que es grosero
el mundo?¿Qué es traicionero
el amor?
¿Qué no se aprecia en la vida
la pura miel escondida
en la flor?
¿Bajo que cielo caíste?
¿a quién tu tesoro diste
virginal?
¿En que manos te deshojas?
¿Qué aliento quema tus hojas
infernal?
¿Quién te cuida con esmero
como el viejo jardinero
te cuidó?
¿Quién por ti sola suspira?
¿Quién te quiere?¿Quién te mira
como yo?
¿Quién te miente que te ama
con fe y con ternura igual?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?
¿Por qué te fuiste tan pura
de otra vida a la ventura
o al dolor?
¿Qué faltaba a tu recreo?
¿Qué a tu inocente deseo,
soñador?
En la fuente limpia y clara,
espejo que te copiara
¿no te di?
Los pájaros escondidos,
¿no cantaban en sus nido
para ti?
Cuando era el aire de fuego,
¿no refresqué con mi riego
tu calor?
¿No te dio mi trato amigo
en las heladas abrigo
protector?
Quién para sí te reclama,
¿te hará bien o te hará mal?
¿Quién te llevó de la rama,
que no estás en tu rosal?

Así un día y otro día
enrte espinas y entre flores,
el jardinero plañía,
imaginando dolores,
desde aquel en que a la fuente
un caballero llegó
y la rosa dulcemente
de su tallo separó...
No quiero entrar en detalles de lo que saco yo en claro de la poesía , por que no es el tema, pero bien pensado, “manda narices” que los niños tuviésemos que aprendernos ciertas cosas, en fin…
Pero al igual que me gusta este poema conocido por muchos, también me gustan de otra clase, los que en verso te cuentan como es la vida y las situaciones de los humanos, en realidad, no solo de clamores amatorios está la poesía hecha, pero si que sirve en ocasiones para denunciar situaciones insostenibles en la vida cotidiana. Uno de esos poetas, es Alberto Valero Martín, desconocido por muchos, pues aunque se sitúa en una corriente literaria pareja con nombres tan renombrados como Machado, Alberti, Altolaguirre, y el mismo Juan Ramón Jiménez entre otros, sus obras no son tan conocidas en la actualidad, de hecho, no he encontrado, apenas referencias a su persona, para “ decorar” esta entrada.


Este autor, fue escritor y “comediógrafo” (bonita palabreja), nacido en Madrid en 1882 y fallecido en la misma ciudad en 1941, licenciado en Derecho, escribió obras teatrales tales como “Más allá de la Muerte”, “ Amor Suicida” y “ No Matarás” ( el amor y la muerte siempre unidos que pena). Dice lo poco que he podido encontrar de el, que tubo cierta “relevancia” como narrador y poeta.

Este es un libro de poesías recopilatorio de varios autores contemporáneos.

Os preguntareis donde y cuando lo encontré y por que me gusta particularmente,, pues os lo cuento, una de mis llamémosla “ rarezas” o “peculiaridades”, es coleccionar ciertas cosas del pasado, libros, revistas, periódicos, recibos varios, esas cosas, tuve la suerte hace unos años de que en mis manos cállese un gran “alijo” de ellos, y me dediqué en cuerpo y alma a clasificar, ordenar, y leer todo aquel “amasijo” de papeles, carcomidos, húmedos y medio desechos.

En los cuales encontré verdaderos tesoros, joyas literarias escritas en forma de “articulos periodisticos”, opiniones, y colaboraciones, muchas de ellas desconocidas por el “gran publico” a si que una de mis digamos “metas” será dar a conocer o al menos “desempolvar” todas aquellas ideas, escritas por hombres y mujeres, que no conocieron, la TV, el DVD, el PC ni tantos adelantos, y que su vida, no era ni mucho menos, como la que tenemos ahora mismo. A si que como no quiero cansaros más, os dejo con este poema, quizás, lo lean los que piensan que su trabajo es precario y mal pagado, y piensen lo afortunados que son, al fin y al cabo, en ciertas partes del mundo siguen así.


EN LA MINA

En la densa noche
Y oscura helada,
Cuando en tibio nido préstanse los pájaros
Calor de sus alas,

Y callados duermen
En las densas ramas
De árboles gigantes sombríos, sin hojas
Y faltos de savia…

Cuando el poderoso
Dormido descansa,
En lecho de plumas, y los niños sueñan
En mullidas camas,

Y parece muerta
La ciudad callada,
Donde nada turba el glacial silencio
De las horas largas,

Y pálida luna
Con su luz fantástica,
Desde el cielo alumbra á las retorcidas
Calles ,solitarias…

Cuando todo duerme
Y en calientes cuadras
Sobre blando estiércol reposan tendidas
Las bestias cansadas;


La mina, en su fondo
De tinieblas, guarda
Millares de obreros, cuadrillas de humildes
Legiones esclavas…

Hombres demacrados,
De vista apagada,
Pechos jadeantes, y brazos rendidos
Y curvas espaldas,

Trabajando ansiosos
Como bestias mansas,
Para hacerse fuertes contra la miseria
De sus pobres casas…

Y, juntos con ellos,
Sus hijos trabajan,
¡Pobres angelitos!, que llevan anemia
Pintada en sus caras,

De ojos apagados
Y mejillas pálidas,
Y labios cloróticos, y sucias, mugrientas
Melenas rizadas;

Jóvenes chicuelas,
Con fatiga, arrastran
Grandes carretillas repletas de hierro
Que la mina guarda,

Empujando ansiosas
Su crecida carga,
Con febril esfuerzo, luciendo huesudas,
Débiles espaldas…

Y todos respiran
Con placer, con ansia,
Gases perniciosos que envenenan lentos,
Óxidos que matan…

Cuando sonriente
Llega la mañana,
La mina de hierro los escupe afuera
Y van á sus casas,

Formando en la calle
Triste caravana,
¡Y en lechos mugrientos reposan rendidas
Sus carnes esclavas…!

Otras muchedumbres
Á la mina bajan,
Llenando su fondo cálido y oscuro
De nuevas entrañas.

Hasta que la noche
Sombría y helada
Llega silenciosa, y la mina, hambrienta,
Otros hombres, traga.

Que desaparecen
Por su boca larga
Que les lleva el vientre preñado de gases
Y óxidos que matan,

Y el trabajo, empiezan
Como bestias mansas
Para hacerse fuertes contra la miseria
De sus pobres casas,



Cuando todo duerme,
Cuando todo calla,
Cuando en tibio nido préstanse los pájaros
Calor con sus alas,

Y en amplios establos
Y en calientes cuadras,
Sobre el blando estiércol, reposan, tendidas,
Las bestias cansadas….


Alberto Valero Martín Salamanca_ 1910

Vida Socialista. (De los socialistas de verdad no como los de ahora, que me guardo el comentario).

sábado, 17 de marzo de 2012

Las aventuras de Pinocho.

Había una vez… “ Un rey”, dirán enseguida mis pequeños lectores…


Así comienza esta historia, la de un tronco de madera que al final tras muchas vicisitudes, se convierte en una persona real.
Hace unas semanas y con motivo del doscientos aniversario del nacimiento de Charles Dickens, os enseñé una de mis “joyas” un precioso libro ilustrado de “cuento de Navidad”, hoy, os quiero enseñar otra, ilustrada también por Roberto Innocenti. Se trata de la historia de Pinocho, el niño de madera al que le crecía la nariz si decía mentiras.


Pinocho quizás es la marioneta más famosa, es el protagonista de un libro escrito por Carlo Collodi, en 1882, originariamente fue publicada en un periódico por entregas, con el título de “ Storia di un burattino” ( Historia de un títere) y “ Le avventure di Pinocchio” ( Las aventuras de Pinocho, que es como nosotros la conocemos).


La historia nos cuenta, a lo largo de 36 capítulos, las aventuras y desventuras de este personaje, todo comienza cuando el maestro carpintero Cereza, encuentra un pedazo de madera que llora y ríe, el maestro regala esta madera a su amigo Geppetto, que siempre deseó tener un hijo, y talla una marioneta con el pedazo de madera, pero aún sin terminar, se convierte en un niño travieso y se escapa. Geppetto le persigue y lo atrapa con ayuda de un carabinero. Al regañar a la marioneta la gente cree que es un mal padre y el carabinero, se lo lleva a la cárcel.


Aparece el Grillo que habla, pero Pinocho no quiere escuchar las cosas que le dice, y le da con un mazo, y allí se queda el grillo, pegado a la pared. Pobre.
Pinocho es tan egoísta que cuando su padre vuelve, se come las tres peras que este traía para desayunar, le hace pelarlas, por que no quiere los corazones ni las pieles, pero al ver que es lo único que se comerá Geppetto, el se las quiere comer también. Geppeto, vende su chaqueta para comprarle el abecedario de la escuela a Pichocho , pero el niño lo vende para irse a ver el teatro de marionetas, estas reconocen a su hermano Pinocho y le hacen una gran fiesta, pero de repente aparece el titiritero Comefuego.


Tras algunos sustos y amenazas de ser quemado, el titiritero Comefuego, regala cinco monedas de oro a Pinocho para que se las lleve a su papá Geppeto. Sin embargo Pinocho se deja embaucar por el Zorro y el Gato y se va con ellos.
Estos dos maleantes, proponen hace noche en la taberna del Cangrejo Rojo. Comen mucho y a pinocho le toca pagar. Por la mañana se han ido, aparece el fantasma del Grillo parlante que le advierte otra vez de los peligros, pero Pinocho, como el que oye llover, no le hace ni caso y sigue su camino.
A si que por no hacer caso a los consejos del Grillo, se topa con los asesinos, que le persiguen, le roban y le cuelgan de la Encina Grande.


Mientras un hada de cabellos turquesa, pide consejo a un Halcón a una Lechuza ya un Grillo que habla, sobre si Pinocho está vivo o muerto, Deciden que está más vivo que muerto y lo bajan del árbol.
El hada llama a tres médicos, que le recetan a Pinocho una medicina amarga, pero este no se la quiere tomar, cuando se da cuenta de que si no lo hace, corre peligro de muerte, se la toma. Se lamenta con el Hada de la pérdida de sus cuatro monedas de oro (la quinta la usó para pagar la cena en el Cangrejo Rojo), Cuando el hada, le dice que las encontrarán, Pinocho dice una mentira y le crece la nariz.




Y así durante toda la historia, Pinocho miente o le engañan, en sus desventuras, se encuentra con una enorme serpiente, con el zorro y el gato, que le camelan de nuevo, tiene que confesar ante el juez, le obligan hacer de perro guardián de un gallinero. Cuando por fin llega a su casa, su padre no está, decide ir a buscarlo y Geppeto, que le busca por todas partes está en el mar, y el Hada Azul, intenta ayudarle siempre que puede, pero el niño de madera ni caso, al fin cuando decide estudiar, se pelea con los compañeros, se mete en el mar para huir, y un perro le persigue, acaba en la red de un pescador que considerándole un extraño pez, intenta freírlo.


El perro que se llama Alidoro, le salva del pescador, luego con su amigo Lucignolo se escapa al país de los juguetes, pero tras llegar le meten en un jaula en la que pasa cinco meses, tras los cuales, le crecen un par de orejas de asno y se convierte en un burrito.
Así es vendido y comprado por un artista de circo, que lo entrena, pero Pinocho tiene muy mala pata y se rompe una, a si que el artista lo vende, a un hombre que lo quiere para hacerse un tambor con la piel, lo ahoga en el mar, pero los peces se comen la carne del burro y aparece la marioneta de madera.
Pinocho se escapa otra vez, nadando, hay una gran tormenta, donde un enorme tiburón lo engulle, y allí dentro se encuentra con su padre, Geppetto, y ambos preparan la huida, cuando el escualo abre la bocha, Geppeto no sabe nadar y se sube encima de Pinocho, entonces este deja de ser una marioneta y se convierte en un niño de verdad, gracias al hada Azul, que en todo momento a tratado de ayudarlo.


Originariamente Pinocho aparece muerto ahorcado. El trágico final en versiones posteriores cambiaría hacia uno más benévolo. Imaginaros a Disney con Pinocho colgado de un pino, no puede ser.
Aunque Collodi, no pensó en su trabajo como una obra de literatura infantil, de aquí el funesto final.
La moraleja por así decirlo sería “ El camino correcto se alcanza a través del conocimiento y la sabiduría”. Personalemente creo que Collodi fue un visonario, y escribió sobre un niño “NiNi” de estos de ahora, que ni estudian , ni trabajan, convertidos en marionetas, a pesar de ser niños de verdad, donde hacen más caso a Zorros, Gatos, y demás maleantes antes que a su conciencia, aunque esta sea un Grillo y haga, Cri…Cri…Cri…




“El Hada le miraba y se reía. ¿Por qué te ríes? Preguntó el muñeco, confuso y pensativo, al ver cómo crecía su nariz por momentos. Me río de las mentiras que has dicho. ¿Y cómo sabes que he dicho mentiras? Las mentiras, hijo mío, se conocen en seguida, porque las hay de dos clases: las mentiras que tienen las piernas cortas, y las que tienen la nariz larga. Las tuyas, por lo visto, son de las que tienen la nariz larga.”

lunes, 12 de marzo de 2012

Jane Austen Una vida – Claire Tomalin.

“El invierno de 1775 fue duro. El 11 de noviembre, el naturalista Gilbert White advirtió que los árboles que había en los alrededores de Selborne, el pueblo de Hampshire en el que vivía, habían perdido casi todas las hojas. “Los árboles comienzan a verse desnudos”, escribió en su diario. Mientras caían las últimas hojas, en Stevenson, una aldea situada a veinticuatro kilómetros de distancia subiendo por las Downs, la esposa del párroco esperaba que en cualquier momento naciera su séptimo hijo. Tenía treinta y seis años, y hacía once que se había casado…”


Al leer este párrafo parece el principio de una novela, no sabemos si nos contará una gran historia o por el contrario nos decepcionará, poco podemos suponer que la historia que nos cuenta, es la vida de una de nuestras autoras favoritas, de la mano de Claire Tomalin, “Jane Austen, una vida.
 Sabremos que Jane nació un mes después de que se la esperase, su padre bromeaba con este hecho, y decía que con la edad se habían convertido en “malos calculadores”. Conoceremos a Eliza Hancock, prima hermana de Jane, ambas llegaron a tenerse mucho afecto.
La infancia de Jane, algo dura, si se mira desde el punto en  que sus padres la alejan de ellos y no es hasta los siete años cuando vuelve al círculo familiar y aún entonces, la internan en un colegio, no como a sus hermanos los cuales no se alejaron de la casa familiar hasta los doce años.
Claire Tomalin, nos hace una reconstrucción exhaustiva del entorno familiar de los Austen. Tanto, que parece que estemos leyendo una novela de la época y no una biografía.

Jane vivió toda su vida, dependiendo “de unos y de otros” como nos indica la autora, “careciendo de recursos económicos que le aseguraran la autonomía de una habitación propia para llevar a cabo su arte”.
La vida junto a sus siete hermanos, da para muchas anécdotas, y con respecto a la propia Jane, sus testimonios, cartas y documentos, junto con los de sus sobrinos, y otros descendientes fueron  fundamentales para llevar a cabo esta magnifica reconstrucción.
Si hay algo que queda claro en el libro de Clarire Tomalin, es la existencia de dos mundos  bien diferentes en la discreta y humilde vida de esta hija y hermana de clérigos, y militares, de clase media y el mundo que reflejan sus novelas.
Aunque siempre a tenido “detractores” empezando por Madame de Staël, la cual nunca fue presentada a Jane Austen. Esta “Madame” pensaba según su propia biográfa, que las novelas de Austen eran “vulgaire”, y que estaban demasiado vinculadas a esa vida provinciana inglesa que ella detestaba por su estrechez y su aburrimiento…”

Si viese que a ella se la conoce principalmente por creer que fue presentada a la gran Jane Austen, seguro que se atragantaría con sus palabras, esto demuestra que los escritores, aunque sean buenos contadores de historias, en la vida real son tan retorcidos como cualquiera. En aquella época y en esta.
Pero volvamos a la vida de nuestra autora favorita, en las primeras páginas del libro se inserta un plano de los alrededores de Steventon, en Hampshire, el lugar en que se desarrollaron los primeros veinte años de la familia, con los lugares, que se citan continuamente.
También es verdad que con los recursos que tenemos hoy día, basta con recurrir a Internet y hurgar en las múltiples páginas dedicadas a Jane Austen, y en los dos museos en Chawton y en Bath, para situarnos. Lo que si que es imprescindible es el árbol genealógico, incluido en los apéndices, para no perderse entre los Austen.

Una obra que todo amante de Jane tiene que conocer. A partir de ahora todo el mundo de Jane Austen, será, dedicado a lo que los demás escribieron de ella y a través de su obra, hasta ahora, solo eran sus palabras, a partir de ahora es su legado.


“mis inteligentes palabras pronto serán lo único que pondrá un tejado sobre mi cabeza… o sobre la de mi madre o la de mi hermana. Parece que voy a ser mi propio marido.”
Miss  Austen Regrets…

miércoles, 7 de marzo de 2012

Ocho de marzo... Pásalo bien hija mía...

Mañana es ocho de marzo, día de la MUJER, algunos dicen de la “mujer trabajadora” pero yo no conozco a ninguna que no trabaje, aunque esté engrosando las listas del paro, trabajan siempre, desde que se levantan y aún algunas hasta dormidas, hacen planes para el día siguiente, compras, coladas, plancha… Como mujer me siento orgullosa, también agradecida de vivir en este país y en este periodo de la historia pero nos queda tanto por hacer aún, tenemos que luchar por los derechos de todas, incluso las que por religión se sienten obligadas hacia sus maridos y padres, tenemos que acabar con toda esa barbarie que sabemos que existe, aunque esté lejos de nosotras, no nos afecta menos.
Somos las de “este lado” las que tenemos que dar ejemplo a las demás, quitarse los velos, los reales y los imaginarios, estos últimos mas peligrosos que los otros, pues no dejan de ver la realidad de las cosas, y sobre todo debemos combatir por que todas tengan una EDUCACIÖN que es por donde comienzan todas las revoluciones.

En mi pueblo, desde hace años, por este día siempre se hizo un certamen literario, participé en muchas ocasiones, gané solo una vez, pero me dí por satisfecha, además gané, por que en mi interior siempre he sabido, que es lo que querían leer los que hacían de jurado, y aposté y tuve tanta razón, que me asusté de tal certeza.

Dejé de participar el día que tuvieron la “brillante” idea de dejar a los hombres participar en el mismo certamen, por aquello de la “paridad”, cosa que me pareció un poco ridícula pues para hacer eso, que hubiesen cambiado la fecha, Así, se colaron historias desgarradoras de mujeres maltratadas, heridas y acosadas, con alguna pre-cuela del Señor de los Anillos Versus Hombres Lobos y eso que algunos hombres emulando al mismo Antonio Gala, escribieron sobre los sentimientos de la mujer, pero no todos, en fin, que a partir de entonces, el certamen, dejó de tener relevancia para mi. Aunque aún conservo algunos relatos de los que presenté.
Hoy os dejo con este, fue escrito para el certamen del 2004 y lo volví a revisar en 2010. Espero que os guste, FELIZ DÏA DE LA MUJER.


PÁSALO BIEN…HIJA MÍA

     Anoche, hija mía, antes de irnos a dormir, bajaste las escaleras para mostrarme tu vestido nuevo. Te acercaste de puntillas. Querías darme una sorpresa, y lo conseguiste. Sin embargo no fue tu belleza lo que me sorprendió. Hace ya tiempo que me di cuenta de lo guapa que eres. Lo que me hizo sentir temerosa fue el significado de aquel vestido en tu vida y en la mía. Esta noche lo llevarás a esa fiesta; y en este momento, antes de que te vayas, estoy tratando de decirte por escrito lo que no pude decirte entonces.
     ¿Recuerdas nuestra conversación de anoche, que empezó tan esperanzadoramente y terminó sin nos hubiésemos dicho nada realmente?
Yo estaba sentada al lado de la chimenea, con mi bastidor haciendo labor como casi cada noche, cuando escuché un ruido _ quizás tu pisada sobre la alfombra_ y al levantar la vista te vi,  allí, de pié, cerca de mí. Recuerdo como brillaban tus zapatos de baile cuando diste vueltas para hacer revolotear la falda de tu vestido.
  Y entonces preguntaste, conteniendo el aliento;
     _ ¿Te gusta?
     Yo te contesté;
     _ No está mal, es bonito.
     Tú pareciste defraudada por mi falta de entusiasmo. Dijiste;
     _ ¡Oh mamá!, esta es mi primera fiesta, y volveré de madrugada, ¿no te das cuenta de que ya soy mayor?

     Tu pregunta me emocionó y tuve dificultad en responderte. Me parecía como si estuvieses en el umbral de tu vida futura. Quería decirte alguna cosa que te proporcionara íntima satisfacción; sin embargo, no se me ocurrían más frases hechas y consejos ya demasiado viejos.
     Podía haberte advertido que, a la luz de las estrellas, las promesas dichas en voz baja, parecen hermosas y sinceras. Podía haberte aconsejado sencillamente que fueras buena, que te comportases con cautela pero no con miedo, y que fueses fiel a ti misma. Pero esto me parecía lamentable, inadecuado. Me quedé sentada, anhelando ser más sabia de lo que soy, hasta que tú preguntaste con impaciencia;
     _ Pero, ¿De verdad te gusta el vestido o no?
     _ Es muy bonito, lo encuentro maravilloso.
  Si, hija mía, creo que eso es todo lo que puedo decirte. Sin embargo, aquí te dejo los retazos de un diario que suelo hojear a menudo, escrito por una persona que parece ser más sabia que yo.

 Este diario recoge distintos momentos de una vida que aunque pasada, igualmente podría ser la tuya o la de cualquier otra muchacha. Quizás allí esté contenida la sabiduría que busqué en vano para darte consejos anoche; de modo que voy a repetirte alguno de sus párrafos:
     “Ahora ya lo he encontrado, ahora que lo sé, ¿cómo puedo decírselo? Quiero que sepa que le quiero. ¿Por qué tengo que esperar? ¿Por qué no puedo decirle “te quiero”? Debo pensarlo con tiempo y serenidad. No debo escuchar tan sólo lo que me dicta el corazón, que está rebosante de emociones y no conoce la razón. No debo perseguirle, por miedo a que huya de mí. Debo controlar el tono de mi voz, la expresión de mis ojos, los movimientos de mis brazos, y mis labios. Tengo que ocultarle mi amor”.

     La cita que sigue fue escrita, casi un año más tarde:
  “¡Qué contenta y satisfecha estoy de haber sabido esperar! Quizás toda cosa que valga la pena tenga que madurar con lentitud. Tal vez la cosa más bella de este mundo consista en aprende a conocer al hombre que se quiere y que él, llegue a conocerte a ti. Esta noche me dijo, con su habitual vehemencia, que el conocimiento entre dos personas es como una especie de dedicación constante, Entonces me besó y me pidió que me casase con él.”

     Después de que se hubieron casado hubo un largo periodo de penalidades. No disponían de mucho dinero, y la muchacha tuvo que aprender a prescindir de muchas cosas que le gustaban. Hay mucho escrito en el diario acerca de esto. Por ejemplo:
     “Siempre seguimos aprendiendo, hoy hemos discutido, cambiamos frases amargas y duras, que en realidad no sentíamos, pero gracias a dios, todo ha vuelto a la normalidad volvemos esperanzador a caminar hacía un futuro juntos. “

     A través de este diario se puede ver cómo afrontaban la vida unidos, con sus pequeños sacrificios mutuos, sus riñas furiosas, sus esperanzas, sus triunfos, y sus pequeñas rencillas. Luego vienen estas dos citas, que parecen justificar todas las vicisitudes y toda la espera.
 “Le dije que iba a ser padre y se mostró muy emocionado y cariñoso. Resultaba gracioso, pues no quería que yo trabajase en nada y forjaba toda clase de sueños exagerados e imposibles. Pero me sentí más dichosa que nunca al ver cómo le brillaban los ojos al hablar del futuro bebé “
      “Mi hija nació a las dos de la tarde. Es hermosísima. La enfermera me la acercó y me permitió tenerla en mis brazos antes de cortar el cordón umbilical. Me siento abrumada de amor hacía esta nueva personita, me encuentro rendida pero no quiero dormir. Mi mente está llena de pensamientos maravillosos. No ceso de repetirme a mí misma; “Ahora es cuando empiezas a vivir de verdad. Ya conoces el porqué de la vida. Has vivido para poder tener una hija. Te ruego que crezca sana y sea buena y que llegue a ser mujer, para que conozca lo que yo sé en este momento, experimente lo que yo experimento, piense lo que yo pienso y llegue a querer a un hombre tan noble y bueno como es su padre. ¡Dios mío te lo ruego de todo corazón!

  Bueno hija mía; dentro de unas pocas horas habrás llegado a tu primer baile. Quizás me equivoque al pensar que las citas que te he mencionado tengan algún sentido para ti. Tú tendrás que juzgarlo, al igual que deberás encontrarte a ti misma y a tus acciones, esta noche y todas la venideras. En este momento pienso en ti y te veo de pie delante de mí como anoche. Eres una muchacha bellísima, incluso cuando pierdes la paciencia conmigo, como en aquel momento. Recuerdo cómo brillaban de indignación tus ojos azules cuando me dijiste “Si papá estuviese aquí, el ya me habría dicho algo agradable acerca de mi vestido”.
     Entonces corriste a mi lado y abrazándome me rogaste “perdóname mama”.
     Naturalmente, que te perdoné, no tenías necesidad de excusarte, pero por alguna razón que no puedo precisar me alegro de que lo hicieras. Y es cierto, si tu padre pudiese verte te diría sin lugar a dudas que tu vestido nuevo es una maravilla, es más seguro que de alguna manera el lo está observando y estará pensando; “pásalo bien hija mía”.