Mis Grandes Aventuras

Aunque se pudiese pensar lo contrario, no solo, me gustaban las lecturas “para niñas”, paradójicamente  los formatos de lectura denominados  “para niños”, fueron mis favoritos a lo largo de gran parte de mi infancia y posterior adolescencia.

Evoco en mi memoria  aquellas aventuras, que Editorial Bruguera, tubo a bien de poner a nuestro humilde alcance, episodios en varias dimensiones y para todos los gustos.

Recuerdo con nostalgia esos días, que volviendo de la escuela, había un ejemplar nuevo en el escaparate de la librería, 15 Pts, 20 Pts, los últimos que compre eran de 75 Pts, historias que encandilaron a muchos de nosotros, y que nos convirtieron en grandes lectores.

En ocasiones tenía que esperar varias semanas, para ahorrar lo suficiente, y comprarme un ejemplar, un “TBO” que lo llamaba mi madre.

Con el tiempo fui haciéndome con una importante colección, en ocasiones especiales como Navidad o Cumpleaños, siempre había un libro de Bruguera entre los bonitos regalos que recibía.

 Así, fueron llegando a mi vida personajes como Lord Jim de la mano de Josep Conrad, Quintin Durward de Sir Walter Scott, el increíble e intrépido Robin Hood, de Norman R. Stinnet . Tengo que agradecer a  Emilio Salgari, Karl May y Howard Stanley que me llevasen a la conquista del oeste americano, a las grandes praderas de Canadá y al Helado pero maravilloso Alaska.

 Ni que decir tiene que mi favorito fue por siempre Julio Verne, al que posteriormente leí en formatos digamos más “serios” y que ocupa un lugar privilegiado entre la, cada día mejor nutrida “biblioteca” de mi familia.

Algunos de aquellos personajes permanecerán siempre inmortales en nuestra memoria colectiva, gracias entre otras cosas, a la proliferación en la gran pantalla. Otros lamentablemente van cayendo en el olvido, hasta que algún director de cine, tenga a bien recuperarlos para una nueva superproducción

Julio Verne y su Visión del mundo ¿¿¿futuro???