jueves, 31 de marzo de 2011

Setenta años de ternura

Estos días se habla del setenta cumpleaños de Bambi, al que todos conocemos y que ha sido el personaje favorito de varias generaciones de niños y de adultos. Bambi es el protagonista que da titulo a la película de animación, basada en el cuento “Bambi una vida en el bosque “(Bambi, ein Leben im Walde) publicado en 1923 por el autor austriaco Félix Salten.
Felix Salten (Budapest, 6 de septiembre de 1869Zúrich, 8 de octubre de 1945).

La película que todos conocemos,  fue realizada y producida por Walt Disney su estreno el 13 de agosto de 1942 siendo la quinta de la serie clásicos animados de Walt Disney.


Los personajes principales son,  Bambi, un ciervo de cola blanca, su padre el Gran Príncipe del bosque y su madre como reina regenta supongo, pues no me acuerdo ni que tenga nombre (que cosas, que machismo). Sus amigos Tambor un conejo de hocico rosado y que no le gusta el verde del trébol y además un poco histérico con su patita sobre todo cuando ve alguna conejita casadera. Flor una mofeta de género masculino y  que nunca entendí por que tenía nombre de chica, aunque Bambi en su inocencia se lo puso y nunca supimos como se llamaba la mofeta  en realidad. Y Faline, pequeña cierva amiga de Bambi en la infancia y futura pareja.


Como siempre el paso de la literatura al cine, invariablemente lleva cambios y adaptaciones, en este caso Disney se tomó la libertad de modificar la especie de Bambi, de un corzo  en los bosques de Europa que es en la historia original a un ciervo de cola blanca, en Estados Unidos. Especie bastante familiar para los habitantes de este país.
El Joven Principe nació

En la película, ni siquiera se llegan a ver los humanos, y los perros de caza no  hablan, en cambio en el libro Bambi ve muchos humanos, e incluso llega a ver uno muerto, y un perro habla en el que se puede considerar uno de los diálogos más filosóficos y llenos de resentimiento de la novela.

En el libro, el padre de Bambi es llamado el Viejo, por ser el corzo que ha vivido más tiempo, pero es así en la película, al padre como todos sabemos ostenta el título de El Príncipe del Bosque.

En la película, tras la muerte de la madre de Bambi, a éste le cuida su padre, y tras ello vive un tiempo sólo hasta que se empareja con Faline, sin embargo, no es así en el libro: a Bambi y a Faline les cuida Netla hasta que ambos se hacen adultos y se van por su cuenta. Tras eso, Bambi se empareja con Faline, pero después de aparearse con ella y dejarla preñada se acaba yendo a vivir con su padre.

Podemos destacar que la versión animada de la historia suple a varios personajes del cuento original, tales como Gobo, Kaurus, Rono,Netla la señora  liebre y el mochuelo.  Por otro lado se agregaron personajes como Flor la primera mofeta gay de la historia de la animación y Tambor un conejo, demasiado exaltado con las féminas de su género.

Lo más interesante que tiene la novela es la forma en la que el autor trata el comportamiento animal.

Bambi, es la historia de un pequeño ciervo contada desde su visión de los hechos, lo que nos transporta a un mundo y vida en el bosque, con sus amigos, Tambor, Flor y Faline, descubrirá sabias lecciones sobre el amor y la vida. El peligro que representa el Hombre y la destrucción que puede ocasionar en la vida del bosque.
La muerte de la  madre de Bambi, es un trauma que a muchos nos tocó el corazón en nuestra más tierna infancia.
 Al final después de muchas aventuras el joven cervatillo, descubrirá que la vida es una dulce melodía que trae esperanzas del mismo modo que un amanecer.
Personalmente lo que más me gusta de la película es la canción sobre las gotas de abril que todos recordamos no???

“Trip trip trop las gotitas cantan  la sinfonía de lluvia de abril.
Las gotitas que caen del cielo bailan y entonan un coro sutil
Lluvia de abril coro sutil.
Trip, trop, trip, trop...
Trip trip trop es la melodía del aguacero que canta al caer,
trip trip trop en la primavera es la canción que se escucha al llover”

jueves, 24 de marzo de 2011

De la Literatura al cine, en color Violeta.

Siempre me digo, la famosa frase de Charles Dickens, en que la vida está llena de encuentros y despedidas. Lamentablemente algunas despedidas nos producen más dolor que otras, Y entre estas, las dolorosas, esta semana nos hemos tenido que despedir de una de nuestras musas, Elizabeth Taylor, trabajadora incansable, y amiga de sus amigos hasta el último de sus alientos. No tengo por menos de acordarme en algunas de sus interpretaciones, que pasaron de la literatura al cine, donde ella, les dio vida, personajes que un día, fueron tan solo de tinta y papel.

Muchas veces el amor por las letras va ligado al amor por los filmes, y algunas se complementan y otras nos horrorizan, las adaptaciones cinematográficas las hay para todos los gustos, y en ocasiones, preferimos una buena película a un mal libro y viceversa. Personalmente siempre que me gusta un personaje prefiero imaginármelo a mi manera, aunque en ocasiones, la interpretación de un actor o actriz, hace que te olvides de aquello que tu imaginación inventó.

En 1944 una jovencísima Elizabeth, formó parte del elenco de actores que rodaron la película Jane Eyre basada en el libro de Charlotte Bronte.
Desde  1918 hasta 2011 a sido adaptada once veces para el cine y la TV. Pero las imágenes de Elizabeth, siempre perdurarán en mi memoria. Pues gracias a esa película, con la edad me convencí a mi misma de leer tan maravillosa historia.


En 1949 Elizabeth, dio vida al uno de los personajes más odiados de la novela de Louise May Alcott, Mujercitas.
 Amy, caprichosa e insolente, inconformista con la situación económica de su familia, su afán de ser rica y sobre todo , la quema de los cuentos de su hermana Jo, en venganza por el capricho de no asistir a un baile, hacen de ella, una magnifica arpía, en la que Elizabeth, hace el papel a la perfección.( que se reforme de mayor y se case con Laureen no la hacen mejor a mis ojos).

Otra gran historia esta vez de la pluma de Walter Scott, Ivanhoe, en 1952,

 Nuestra amiga dio vida a un magnifico personaje, de la novela, Rebeca, la judía enamorada de Ivanhoe, con la que por motivos obvios de la época no se puede casar. El personaje me fascina, un amor sin pedir nada a cambio, un dolor intenso, tan solo por pertenecer a una religión distinta, y a un distinto estatus social.



Puede que cuando el dramaturgo Tennessee Williams, escribiese su obra de teatro La gata sobre el tejado de cinc caliente, no pensase jamás la repercusión que tendría en el mundo, cuando fue llevada al cine en 1958. Paúl Newman y Elizabeth Taylor como principales protagonistas, y un personaje Maggie, que se encuentra atrapado en una trampa mortal entre el odio de sus parientes y la desgana de su esposo y el amor que esta le profesa.







Otro dramaturgo, esta vez Edward Albee con su obra ¿Quién teme a Virginia Woolf? Le dio la oportunidad a una ya madura Elizabeth de interpretar uno de los mejores papeles de su carrera Martha una mujer frustrada y dominante,  junto con su marido George (Richard Burton) alcohólico, se odian a muerte pero cada uno conoce perfectamente los puntos débiles del otro. Excelente interpretación que le hizo ganar un oscar a la mejor actriz.



El espejo roto, de Ágata Christie, le dio en 1980, la oportunidad de demostrar, la capacidad innata de interpretación con la cual siempre nos a cautivado, Su personaje de Marina Grey rueda en un pueblecito inglés una película sobre María Estuardo, durante el transcurso de la representación del rodaje, alguien intenta envenenarla, matando a una invitada, ,El espejo Roto es una película de misterio un “whodunit” en el, se gastan bromas a costa de la vulgaridad de estrellas de Hollywood y el provincianismo de la campiña inglesa, en el que se intenta reflejar el ocaso de una estrella.


Siempre recordaré a Elizabeth como parte de mi infancia, cuando reponían Lassie, y como parte de mi vida de adulta con todas las reposiciones de sus excelentes películas, nunca habrá ninguna Cleopatra como ella, ni nunca más, tendremos unos ojos violetas como los suyos iluminando la pantalla. Descansa Amiga, donde quiera que estés, junto con los grandes escritores, que hicieron con su pluma personajes tan intensos para que tú los dieses tu aliento y tu vida.

miércoles, 16 de marzo de 2011

VOLVER A SOÑAR


         Dicen que a partir de la adolescencia, a los adultos nos está vedado soñar. Es el peaje de la edad madura, por eso intento escribir, para volver a soñar, a soñar que sueño.
         Hay una palabra para definir mis fallidos intentos de planeo sobre una hoja  en Blanco, porque la ineptitud también es una palabra cruel. Escribir y romper lo escrito, romper y volver a escribir, como un bebé que torpemente y con piernas temblorosas intenta una y otra vez la autonomía de caminar solo. Caerme y levantarme, levantarme y… volver a caer.
         Los nacidos bajo el signo del toro, tenemos muchas cualidades y defectos pero eso sí tenemos infinita paciencia.
         Soy una mujer normal, de las que uno se encuentra por todas partes y precisamente por ello, o para dejar de serlo, acaparo cuantos libros puedo leer, con el ansia, tal vez de poder algún día encontrar en ellos la fuerza que me lleve a emular a aquellos que los escribieron.
         A sí que, sin más, me apunté a unas clases de literatura.
        
 Párvula y escandalizada, como quién ingresa en una sociedad secreta, inicio mi viaje de regreso a ninguna parte hacía el lugar donde se vuelve a soñar pasados los quince años, clandestina y torpemente veo el tiempo demorado delante del profesor que nos introduce a la actividad.
         Detenidos todos los relojes del mundo, siento como se desliza la tinta sobre el papel, a huir no se como ni por qué, a dejarme llevar por la exquisita sensación de rellenar cuartillas con mis sueños, escribir es soñar, escribir es soñar me repito, por fin me deslizo sobre la amplitud del tema propuesto, patino sobre esta sociedad secreta impuesta por mis ansias de emular, a tantos y grandes escritores, mi mano se desliza sobre el papel, sin control, a pesar de algunas pequeñas vacilaciones sin importancia, afortunadamente, no hay testigos que puedan ver mi espíritu que llora y ríe al mismo tiempo… por qué puedo ¡si! Las palabras me conceden unos segundos de su tiempo, podría escribir hasta el último aliento.
         Cierro los ojos apresando esta sensación para poder guardarla en un bolsillo y llevármela luego a todas partes ¡que nadie me robe el inmenso triunfo de haberlo logrado!
        
 Acabo de descentrarme, ha sido en décimas de segundo pero tengo el tiempo suficiente para saber que acabo de perder el control, la acción se ralentiza y todo sucede en una moviola de sensaciones donde puedo anticipar que ya no fluyen mis ideas, incluso preveo la risa nerviosa que me sobrevendrá al verme abatida…tenía que suceder, aunque no es un duro golpe, incluso resulta lírico.
 Brota la carcajada, incluso la risa floja de verme como un patito torpe que ha extraviado a su mamá.
         Solo cuando dejo de lamentarme y dejo el bolígrafo sobre la mesa, me invade la obscena belleza del momento presente. El eco de la nada, la carcajada del silencio, el paréntesis del día, descubro que estoy acudiendo a una cita con la ausencia de sonido…
        

 Me doy cuenta de que la clase, hace rato que ha terminado, me dispongo a recoger mis bártulos y en un par de minutos después, con un desajuste en los músculos nacido de la mala postura con la que he castigado mi cuerpo durante dos horas, con las neuronas cansadas, sentada en mi cafetería favorita, el  camarero me pregunta, lo que quiero tomar. “Un café, con leche templada por favor” y cuando gira y me vuelve la espalda, noto su pensamiento. Se que sabe, los dos sabemos que no he conseguido llegar a soñar como a los quince años. Ni lo conseguiré nunca. Pero ¿A quién le importa volver a soñar con los quince? Si con un bolígrafo y un papel, puedo llegar a ser cualquier persona de este mundo.



martes, 8 de marzo de 2011

8 de marzo

Hoy no voy a hablar de ninguna lectura, ni de ningún libro, tan solo unas reflexiones, de unas pocas de las muchas mujeres, que pueblan y poblaron nuestro mundo, y que diariamente lucharon por unos derechos, que aún hoy día, a muchas nos son vetados. Para todas Vosotras.
” "Yo soy aquella mujer que escaló la montaña de la vida removiendo piedras y plantando flores”. (Cora Coralina)
             
     “Hay dos tipos de personas: las que hacen las cosas y las que hablan como los loros. Procura quedarte en el primer grupo: hay menos competición ahí”. (Indira Gandhi, estadista)
  “ Aprendí con las primaveras a dejarme podar para poder volver entera”.(Cecília Meirelles, poetisa)

5.                “El amor es como el mercurio en la mano. Deja la mano abierta y el permanecerá; agarrálo firmemente y el escapará”. (Dorohty Parker, escritora)

                 ” Tú no puedes escoger como va a morir o cuando. Tú sólo puedes decidir como vivir ahora”. (Joan Baez, cantora) 
       “ La edad no protege contra el amor. Más el amor, en cierta medida, protege contra la edad”. (Jeanne Moreau, atriz)

        “ Dame Señor, la perseverancia de las olas del mar, que hacen de cada retreceso un punto de partida para un nuevo avance”. (Gabriela Mistral, poetisa)
     “ Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es hora de comprender más, para temer menos”. (Marie Curie, física)

   “ Cuando nada es cierto, todo es posible”. (Margaret Drabble, escritora) 
    
      “ Una relación requiere mucho trabajo y amor: superación de si, de los propios deseos. Sobretodo curiosidad y ningún cinismo”. (Nastassja Kinski, actriz)
   “ Todo placer sentido con gusto parece casto”. (Marguerite Yourcenar, escritora) 

 “ Quien no sabe llorar com el corazón tampoco sabe reír”. (Golda Meir, estadista)
  “ Nunca se debe gatear cuando se tiene el impulso de volar”. (Hellen Keller, escritora e educadora)
       “ No tengo tiempo de desplegar otra bandera que no sea la de la comprensión, del encuentro y del entendimiento entre las personas”. (Elis Regina, cantora) 
  “ Ten siempre presente que la piel se arruga, que el cabello se torna blanco, que los días se convierten en años, más lo más importante no cambia! Tu fuerza interior”. (Madre Teresa de Calcuta  
  “Ya fuiste usada, no permitas ser dominada”. (Isadora Duncan, bailarina)