Así comienza una de las más maravillosas historias jamás contadas, pero hoy no voy a hablar de Homero, de la Iliada ni de Ítaca, hoy quiero homenajear la memoria de una de las escritoras, que más he admirado, a la que tuve la suerte de conocer, pero que la vida, no le concedió todos los días que merecía y se nos fue demasiado pronto.
Hablo naturalmente de Dulce Chacón, un nombre muy apropiado a su persona, por que ella era así Dulce, como su poesía, como su literatura, como todo su ser.
Recuerdo que la conocí en la presentación del libro al que he dado título a mi entrada, “Háblame musa de aquel varón” y me pareció una mujer tan especial que enseguida me “enganché” a su obra. En el taller de lectura con el que estaba participando, habíamos leído ya dos de sus obras, “Algún amor que no mate” que como podéis imaginar nos retrata un caso de maltrato del llamado “de género”, (femenino, singular). Y “Blanca vuela mañana”. Con “Háblame musa de aquel varón” Dulce cerraba una trilogía, en la que los elementos comunes, eran el maltrato y la xenofobia.
En 2002 llegó “ La voz Dormida”, Chacón tardó cuatro años en completarla, pues tenía que reunir bastante material, en ella, aborda los difíciles años de la posguerra, novelando los testimonios, recogidos en entrevistas por toda España, de mujeres víctimas de la represión franquista durante los años cuarenta. La novela obtuvo el premio Libro del año 2003, otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid, y esta semana se estrena en nuestras pantallas de cine, de la mano de Benito Zambrano, con Inma Cuesta, y María León como principales protagonistas.
Nadie escapa a la desmesura de la rosa… escribió en un poemario “Matar al Ángel”. Que gran verdad, hay quien pueda escapar de ese excesivo y a la vez frugal triunfo, de una flor y su capacidad de enamorar al ser humano????.
Dulce decía que “Siempre hay tiempo para un sueño… Siempre es tiempo de dejarse llevar por una pasión que nos arrastre hacia el deseo… Siempre es posible encontrar la fuerza necesaria para alzar el vuelo y dirigirse hacia lo alto… así, se construía un sueño.
Allí, en lo más alto de nosotros mismos, en lo más profundo de nuestras inquietudes, podremos separar los brazos y volar”… Ella inició el vuelo demasiado pronto, cuando se había echo un hueco entre los grandes escritores, a base de superar zancadillas y codazos, cuando gozaba de un merecido reconocimiento y prestigio por su gran obra, un frío día de diciembre, un cáncer le arrebató la vida.
Que sea este un sentido homenaje, para su persona y para su obra.
Un bonito y conmovedor homenaje.No he leido la trilogia, pero si La voz dormida y me gustaria ver la pelicula, para comprobar si es tan buena como la novela. Un beso
ResponderEliminarJota me has quedado sin palabras, la lengua se me ha pegado al paladar como si de uña y carne se tratara y el corazón se me ha encogido refugiándose en los pulmones y ahora, ahora no me deja ni respirar... ¡Qué maravilloso homenaje! Es impresionante lo bien que hablas del trabajo de Dulce, mi querida Dulce, mi extremeña más emotiva, de mirada penetrante, de sonrisa fácil, mujer alegre y luchadora, como sus personajes. Conocí a Dulce una noche cuando un buen amigo le brindó la Biblioteca Regional para que hiciera la presentación de su libro La voz dormida, antes nunca había hablado con ella, habíamos coincidido en algún otro acto e incluso presentación de libros, pero no hablado, me encantó su voz, como de cántara vieja repleta de buena leche para requesón a pesar de su juventud, una voz cantarina, su forma de mover las manos, pero sobretodo su mirada que me atravesó el alma... presentí, no presentí, pero ya no podré olvidar su mirada, nunca....
ResponderEliminarQuerida Jota, voy a mandar el enlace de esta prodigiosa entrada tuya a su gemela Inma Chacón, sí la finalista del Premio Planeta, supongo que estará muy ocupada y quizás (ella confiesa que las NN.TT. no son lo suyo, pero el facebook, bien que lo usa, je, je) por si pudiera visitarte... para mí sería un honor servir de puente... ¡Tú te lo mereces, amiga Jota! Voy conectando mi facebook, hermosa... Bss y buen domingo...
Precioso y emotivo homenaje el que le has hecho a esta autora. Una de mis eternas pendientes. A ver si me animo pronto con alguno de sus libros.
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué hermoso homenaje, Jota, no la he leído, no he tenido ese honor aún, pero basta con lo que nos has contado de esta dama para ir a buscar sus trabajos; la frase que citas es perfecta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me la han regalado hace poco y aún no la he leído.
ResponderEliminarMe gusta Dlce Chacón.
Siempre se aprende algo nuevo. La verdad, es que no conocía a esta autora, pero con tu entrada me ha picado el bichito curioso.
ResponderEliminarBesos.
Hola, como verás, me he hecho seguidor de tu blog. Espero que no te importe.
ResponderEliminarEl otro día puse un comentario en tu entrada de Stephen King, pero creo que no la has leido.
Te dejo un enlace que creo que te interesará:
http://www.20minutos.es/noticia/1201461/0/hbo/serie/torre-oscura/
Un saludo.
Qué bonito homenaje! Me has conmovido. Es un repaso muy cariñoso por su obra. Aunque te ha faltado "Cielos de barro", que obtuvo el Premio Azorín en el año 2000. Seguro que te encanta, para mí, es una de sus mejores novelas.
ResponderEliminarNo te tenido tiempo hasta hoy de comentar tu entrada en el blog, me avisó una amiga tuya, pero estoy metida en mil cosas. Quiero aprovechar para decirte que la película de Benito Zambrano es preciosa, conmovedora y fiel al espíritu del libro de Dulce. Ella parece sobrevolar en cada fotograma.
Un beso fuerte,
Inma
Oh, Jota, permíteme que le agradezca a Inma que con toda la tormenta que tiene encima firmando libros aquí y allá, haya tenido tiempo para complacer al Jardín en tu justa y meritoria medida. Inma, con todo mi corazón... Gracias... y mucha suerte y muchos besos...
ResponderEliminarPD Hoy podría decir eso de ¡Se puede morir de felicidad! Sí, hoy el Jardín está muy contento en Cuenta Gotas de Jota!! Bss, amiga Jota
Preciosa entrada. Y yo sin leerme nada de esta autora... Imperdonable, verdad?
ResponderEliminarBesos,