viernes, 17 de febrero de 2012

Gustavo Adolfo Becquer

En un post anterior, escribí  que el mes de febrero había sido un mes propicio para el nacimiento de grandes escritores, entre ellos Charles Dickens, Julio Verne…y también Gustavo Adolfo Becquer.
Su nombre verdadero fue Gustavo Adolfo Domínguez Bastida, y nació en Sevilla el 17 de febrero de 1836, el apellido Becquer lo tomó de su padre,  que a si mismo lo había tomado de un antepasado.

Fue un poeta y narrador excepcional, perteneciente al movimiento llamado “del Romanticismo”. Sus más conocidos trabajos son sus “Rimas y Leyendas” muchas de ellas escritas en la ciudad de  Toledo, donde paseando por sus calles, puedes aún, si pones un poco de tu parte, sentir el batir de espadas en duelo, el canto dulce de las novicias tras las rejas de algún convento, e incluso el eco de sus pisadas por las callejuelas de esta grandiosa ciudad.
“Hay en Toledo una calle estrecha, torcida y oscura, que guarda tan fielmente la huella de cien generaciones que en ella han habitado, que habla con tanta elocuencia a los ojos del artista, y revela tantos secretos puntos de afinidad entre las ideas y las costumbres de cada siglo con la forma y el carácter especial impreso en sus obras más insignificantes que yo cerraría sus entradas con barreras…”
Tres fechas- Gustavo Adolfo Becquer.

Pero qué es lo que impulsó a este sevillano a acercarse a la vieja ciudad de Toledo, hasta el punto de quedarse totalmente prendado de ella???
Pues el patrocinio por parte de su hermano Valerio, de una ambiciosa obra, recorrer todos y cada uno de los templos del país, uno por uno, y describirlos, así como relatar una a una todas las maravillas que los mismos encerraban, lo que era una tarea ardua y costosa. Cuando visita Toledo, queda tan prendado de su belleza que decide dedicar su primer (que luego fue su único) volumen de esta obra a la magna toledana:” Templos de Toledo”. El dinero no dio para más y el proyecto se acabó en 1858.
Si realizas una Ruta por Toledo, tradicionalmente comenzarán por la calle llamada de “la lechuga” o “Calle de los Bécquer” donde en el nº 9 de dicha calle, señalarán el inmueble donde supuestamente habitaron, los hermanos, aunque los historiadores no se ponen de acuerdo en este dato. (Como en otros muchos).
Si se leen las “Leyendas y Narraciones” del autor sevillano, una de esas leyendas “El cristo de la Calavera” está inspirada en la calle del mismo nombre donde una imagen del Crucificado, se encontraba alumbrada noche y día por la luz de un triste candil, podéis imaginar la escena en la oscuridad, donde el único resquicio de luz, fuese esa trémula llama,  aún hoy día, si vas pasadas las doce, puedes escuchar el tañer de las campanas del Convento de San Clemente, donde dicen que una novicia de manos blancas, fue la enamorada del autor, y la que le inspiró muchas de sus obras.

Becquer fue un hombre solitario, y tuvo diversos fracasos amorosos, incluso su mujer le fue infiel. Fruto de estos desengaños  en el amor, nace la temática de sus leyendas, tratando todas las variantes de la actitud que una mujer puede tener para con un hombre y llegando, casi siempre a la conclusión de que esta es, ha sido y será la perdición del género humano (caramba con Becquer con lo romántico que nos parece). Así por ejemplo, en la “Leyenda del Beso” (mi favorita) trata el tema del amor platónico con una mujer imposible, simbolizada en una estatua sepulcral. En “La Ajorca de Oro”, La Virgen del Sagrario, patrona de Toledo, es objeto de la codicia y la tentación diabólica para una mujer. En “El cristo de la Calavera” se interpreta cómo dos hombres, íntimos amigos se enamoran de una misma mujer lo que les lleva al enfrentamiento y con un sorprendente final.

Si seguimos con el libro de Becquer en la mano, nos servirá de guía para seguir nuestra ruta, llegaremos a la Plaza de Santo Domingo el Real, , aquí concretamente, en un rincón bajo la espadaña del Convento, se recostaba el autor, contra  la pared y dejaba pasar las horas y los días, esperando que la serenidad del lugar fuera rota por alguno de los paseantes que, de tarde en tarde, se acercaban por el lugar. Nos lo cuenta de la siguiente manera:
"absorto en las ideas que de improviso me habían asaltado al contemplar aquéllos silenciosos restos de otras edades, más poéticas que material en que vivimos y nos ahogamos en pura prosa, dejé caer de mis manos el lápiz y abandoné el dibujo, recostándome en la pared que tenía a mis espaldas y entregándome por completo a los sueños de la imaginación"
("Tres Fechas. Gustavo Adolfo Bécquer)

Becquer sigue recorriendo las Calles, melancólico, quizás forme parte de esta melancolía, la muerte de su madre debida a una  epidemia de cólera que asoló la ciudad en 1855, sea como fuere, se cuenta que un día paseando por la plaza, escuchó el sonido triste de un órgano acompañado del canto no menos melancólico de un coro de monjas; miró al interior de la iglesia y allí se decidió a entrar, se celebraba la ceremonia de toma de hábito de una novicia.
Quedó tan prendado, la música, el repicar de las campanas, la mirada dulce de la novicia, cuentan que nada más terminar la ceremonia salió presuroso del templo y sentado en los escalones del atrio, sacó lápiz y papel y compuso la que sería su rima número LXXIV.
“Me aproximé a los hierros que defienden la entrada y de las dobles rejas en el fondo la vi confusa y blanca.
Me sentí de un ardiente deseo llena el alma; como atrae un abismo, aquel misterio hacia si me arrastraba (…) el umbral de esta puerta ¡Solo Dios lo traspasa!”

Para Bécquer, Sevilla y Toledo, son las ciudades más sublimes de la humanidad, que contienen en su ser la esencia misma de todo lo que las generaciones pasadas nos han legado.
Gustavo Adolfo Bécquer vio por última vez Toledo el día 19 de diciembre de 1870. Tres días después murió en Madrid victima de la tuberculosis, dejándonos el legado de su prosa y de su poesía.

7 comentarios:

  1. Hola Jota, he venido a visitarte desde el jardín de MariCari y me quedé leyendo los últimos post que escribiste.
    Me gusta tu blog, ya que me encanta leer y aprender sobre los escritores o leer reseñas de libros. Ya te sigo y pasaré a visitarte a menudo.
    Esta entrada de Bécquer estuvo muy interesante.
    Es un placer conocerte, y a tu sitio tan bonito y eres bienvenida a visitarme cuando quieras.
    Un beso.
    Jazmín.

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  2. No sabía lo trascendental que había sido Toledo para Bécquer, curiosamente, me atraía más la relación que tuvo el poeta con Soria, lugar donde también vivió y de donde procede una de sus leyendas, la del Monte de las Ánimas.

    Un beso.

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  3. Pero si has dedicado la entrada a mi amigo el sevillano, ¡qué bien!

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  4. Buenísima entrada a uno de mis poetas favoritos. Y me he enterado de cositas que no sabía. ¡Gracias!
    Besotes!!!

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  5. Me ha sorprendido lo que cuentas sobre sus fracasos amorosos,aunque él debió de amar mucho para escribir asi. Besos

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  6. Me encantan sus poemas :D Es una interesante entrada. Y vaya fracasos xD

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  7. Si Jota mi primera en llegar al Jardín, si un poeta no tuviese descorazonado el corazón cómo poder mostrar el sufrimiento en sus baladas y luego, una vez renacido cómo no alcanzar las estrellas con palabras... entiendo que un poeta debe ser más melancólico que lisonjero pues es en ese estado de pesadumbre cuando mejor se enhebra la aguja de la rima... te lo digo porque yo que les emulo, si sufro... doblemente fácil me sale el verso... Me gusta este romántico, no puedo evitarlo...
    por cierto, con lo de la calle y los 3 y las 3 calles, etc, me he acordado que hace poco cuando estuve en Salamanca me dijeron que había pasado por la esquina de los 3 coños justamente dónde está un edificio con una torre muy alta (mira, no me acuerdo del nombre, ja, ja..) y que la llaman así porque dices... ¡coño que bonita, coño qué alta, coño qué aire! ja, ja... Bss

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Un verdadero amigo es alguien capaz de tocar tu corazón desde el otro lado del mundo.