jueves, 4 de agosto de 2011

Sentido y Sensibilidad…y Monstruos Marinos.

Si, no me he vuelto loca, y no es que ande mezclando a Jane Austen con Julio Verne, es que últimamente y gracias a un autor llamado Ben H. Winters, nos estamos encontrando en las librerías, las reescrituras o pastiches de fabulosas novelas como es Sentido y Sensibilidad.
Un día paseando por una gran librería de mucho renombre que no voy a decir por no dar publicidad, me topé con Orgullo y Prejuicio y Zombis, al leer la contraportada pensé que últimamente se escribe cualquier cosa y que ese libro en particular, no tendría sitio en mi biblioteca.

Cual no sería mi sorpresa cuando en Navidades, uno de los regalos de mi hija Cass, fue Sentido y Sensibilidad… y Monstruos Marinos.
Lo cierto es que me prometí a mi misma leerlo para poder criticarlo, pues sigo creyendo que las historias de amor, y las situaciones que nos describe Austen, no son cosa para reescribirlas, y menos con Zombis, Pulpos y Cangrejos, que más que un libro parece una mariscada.

Este autor avispado, y supongo que gran lector pues si no, no sería posible hacer lo que el hace con los grandes clásicos a decidido que nada mejor que un par de pulpos gigantes, y langostas asesinas, para animar el mundo literario, y encima con esto de que a sido Bett Seller en EEUU pues no hay quien le tosa, y es que algunas veces pienso que si Jane Austen levantase la cabeza, cuantas cosas le sorprenderían.

Este relato, parte del original de Jane, las hermanas Dashwood son expulsadas de su hogar tras la muerte de su padre, pero en vez de ir a parar a una pequeña casita en la campiña inglesa, su destino en este libro es una isla repleta de temibles criaturas marinas. El romance seguirá siendo el transfondo del libro, pero con alguna que otra sorpresa…Como por ejemplo imaginarnos al apuesto capitán Brandon como si fuese Davy Jones, en piratas del Caribe, con los tentáculos y la mala uva que esto le supone a una persona de bien.
Y así nuestras amigas, Elinor y Marianne, pasan sus aventuras entre la Isla Pestilente, el Archipiélago Middleton, la estación submarina Beta, o la isla del viento Contrario.

“ Los invitados, entre los que se hallaban Elinor y Marianne, se lanzaron en estampida hacia la salida gritando y empujándose unos a otros para huir de las mortíferas langostas…” pg 207.
“En esos instantes lo único que preocupaba a Elinor era el feroz monstruo semejante a un cangrejo que se había introducido en su casco y le había clavado uno de sus temibles quelíceros en el cuello…” pg 287.

“La ceremonia se celebró en la playa de la isla Viento Contrario a comienzos de otoño…” pg. 405.

En fin, supongo que todo vale en la viña de las editoriales, y al fin y al cabo, el romanticismo nunca se pierde aunque sea entre seres marinos y terrestres, (véase la sirenita) es un libro que recomiendo para la montaña (por si las moscas en la playa, ya sabéis).
Por cierto también a osado reescribir la obra maestra de Leo Tolstói. Supongo que no tardará en manifestarse por las librerías.


4 comentarios:

  1. No me gustan nada estos inventos, cada cosa es cada cosa y no hay que mezclar.

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  2. Tampoco me atraen estos inventos de ahora. Me quedo con los clásicos de siempre.
    Besotes!!!

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  3. Pues mira amiguita... esta historia acaba de abrirme el apetito... ¡¡Venga un pulpo a la gallega!! juas, juas... Bss... amiga... no se salva nada más que tu buen hacer al relatarlo.... ¡pa'habernos matao""!! juas, juas

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  4. El de Orgullo y los zombies lo empecé a hojear en formato digital (no pensaba comprarlo), y lo que leí, no me gustó nada de nada. Si la idea es que sea gracioso, no me lo parecía, así que juré no comprar ninguno de estos.
    Espero que nadie me lo regale ;)
    Besos.

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