Ella contestó
afirmativamente, moviendo apenas la cabeza.
* * * *
Poco después, el carruaje partía llevando
al conde Hernán de Alamar camino de la Corte, y los dos jóvenes, a instancia de
la hermosa dama, se internaron bajo la protectora sombra de los árboles del
jardín.
Oswaldo de Livov admiraba la gran belleza
de la mujer, que silenciosa, caminaba a su lado.
_Parece que la
marcha de vuestro padre ha restado alegría a vuestros ojos Luan.
_ Nada de eso, conde
Oswaldo. La marcha de mi padre, en esta ocasión, no pude proporcionarme más que
una gran satisfacción.
_ En tal caso, lo
mismo que a mí. Claro que mis motivos y los vuestros no llevarán los mismos
derroteros.
_ No os entiendo,
conde.
_Quise decir que yo
me alegro de la marcha del Conde, porque así puedo disfrutar de la compañía de
la más bella criatura que cobija el cielo de Castilla.
_ Muy galante…
_ ¿Y cuales son
vuestros motivos Luan? Bueno, si no es ninguna indiscreción, ya que sería muy
pueril creer que vuestra alegría se debe a…
_ Siga, conde_ Le
animó la joven.
_...la simpatía que
yo pudiera inspiraros, señorita,
Las carcajadas de la joven, llenaron el
ámbito del gran jardín. Rió en buen espacio de tiempo y dijo después, bailando
la risa en sus ojos:
_ No se os puede
negar que sois divertido.
Por un momento, Oswaldo pareció desconcertarse,
pero pensó en la importancia del papel que representaba y logró dominar los
impulsos que le acometieron de apagar aquellas burlonas carcajadas sellando sus
labios en una interminable caricia.
Rápidamente trazó un atrevido plan que le
llenó de satisfacción. Su empolvado semblante cobró vida y sus ojos, que casi
siempre ocultaban los párpados, brillaron intensamente.
La belleza esplendorosa de la muchacha que,
divertida, caminaba a su lado, bien merecía el peligro a que iba a exponerse.
La miró con intensidad. Era hermosa y altanera. Con aquel precioso
vestido, de diáfanos y extensos vuelos,
el ajustado corpiño de amplio escote, que dejaba al descubierto los hombros y
gran parte del busto y aquella cabeza de negro y ondulante cabello, erguida en
constante desafío, constituían poderosos encantos, capaces de tentar a otro
menos intrépido y amigo de peligrosas aventuras que él.
Con el pensamiento puesto en otras cosas,
le preguntó:
_ ¿Conocéis Francia,
señorita Luan?
_ Estuve en París
dos veces.
_ ¿Os gustaría
volver?
_ Me gusta con
locura viajar. A mamá le asusta. Pero a mí me entusiasma.
_ Estoy seguro que
os entusiasma todo aquello que no conocéis.
_ ¿Como es posible
que hayáis acertado? _ Seguía burlándose.
_ Es fácil
suponerlo. ¿Sería muy indiscreto preguntaros si conocéis el amor?
_ No, no lo es.
Luana pensó que
sería divertido saber lo que aquel figurín versallesco opinaba del amor.
_ ¿Lo conocéis Luan?
_ No, y quisiera que
usted me diera una opinión sobre él.
_ Hay muchas
opiniones sobre este sentimiento. Unos consideran que es algo maravilloso e
inquietante. Y otros que es una debilidad del corazón, muy enojosa, ya que los
que la padecen se portan tontamente y sin sentido práctico alguno.
Luana, sonrió al preguntar:
_ ¿Y vos Conde,
quien creéis que tiene razón?
_ Sin ninguna duda,
yo creo que…
_ ¿Los últimos,
verdad?
_ ¿Como lo
adivinasteis?- preguntó, con gesto de honda extrañeza.
Y como él dijera anteriormente, la muchacha
contestó riendo:
_ Era fácil
suponerlo.
Las
olorosas flores de mimosa, que perfumaban el cielo, los álamos temblorosos, los
blancos estefanotes de hermosas flores mate y brillantes hojas, los alhelíes de
mil colores que contrastaban su perfume con el de las otras flores… todo
parecía formar un suave eco a la risa maravillosa de aquella muchacha, bella y
sugestiva…
Me parece que Luana juega con fuego, solo que no lo sabe ;)
ResponderEliminarHa sido una segunda parte muy divertida, me encantan estos dos personajes y creo que sus escenas harán saltar chispas, que ya hemos visto algunas.
Es un verdadero placer leer esta historia, Jota, me gusta mucho tu forma de narrar; los personajes, las descripciones, es como estar por allí, y eso es siempre un placer.
Besos.
Estoy de acuerdo con Aglaia, me parece que no sabe Luana que está jugando con fuego... Pero lo vamos a pasar miy bien con esta pareja, que nos van a dar muy buenos e ingeniosos diálogos.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estos juegos no traen nada bueno, no, ya veremos el plan que se le está ocurriendo al señorito, jeje... Bss
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