viernes, 17 de mayo de 2013

El Secreto; segunda parte del capítulo II


Ella contestó afirmativamente, moviendo apenas la cabeza.


* * * *

    Poco después, el carruaje partía llevando al conde Hernán de Alamar camino de la Corte, y los dos jóvenes, a instancia de la hermosa dama, se internaron bajo la protectora sombra de los árboles del jardín.
    Oswaldo de Livov admiraba la gran belleza de la mujer, que silenciosa, caminaba a su lado.
_Parece que la marcha de vuestro padre ha restado alegría a vuestros ojos Luan.
_ Nada de eso, conde Oswaldo. La marcha de mi padre, en esta ocasión, no pude proporcionarme más que una gran satisfacción.
_ En tal caso, lo mismo que a mí. Claro que mis motivos y los vuestros no llevarán los mismos derroteros.
_ No os entiendo, conde.
_Quise decir que yo me alegro de la marcha del Conde, porque así puedo disfrutar de la compañía de la más bella criatura que cobija el cielo de Castilla.
_  Muy galante…
_ ¿Y cuales son vuestros motivos Luan? Bueno, si no es ninguna indiscreción, ya que sería muy pueril creer que vuestra alegría se debe a…
_ Siga, conde_ Le animó la joven.
_...la simpatía que yo pudiera inspiraros, señorita,

    Las carcajadas de la joven, llenaron el ámbito del gran jardín. Rió en buen espacio de tiempo y dijo después, bailando la risa en sus ojos:
_ No se os puede negar que sois divertido.

    Por un momento, Oswaldo pareció desconcertarse, pero pensó en la importancia del papel que representaba y logró dominar los impulsos que le acometieron de apagar aquellas burlonas carcajadas sellando sus labios en una interminable caricia.
    Rápidamente trazó un atrevido plan que le llenó de satisfacción. Su empolvado semblante cobró vida y sus ojos, que casi siempre ocultaban los párpados, brillaron intensamente.
    La belleza esplendorosa de la muchacha que, divertida, caminaba a su lado, bien merecía el peligro a que iba a exponerse. La miró con intensidad. Era hermosa y altanera. Con aquel precioso vestido,  de diáfanos y extensos vuelos, el ajustado corpiño de amplio escote, que dejaba al descubierto los hombros y gran parte del busto y aquella cabeza de negro y ondulante cabello, erguida en constante desafío, constituían poderosos encantos, capaces de tentar a otro menos intrépido y amigo de peligrosas aventuras que él.
     Con el pensamiento puesto en otras cosas, le preguntó:

_ ¿Conocéis Francia, señorita Luan?
_ Estuve en París dos veces.
_ ¿Os gustaría volver?
_ Me gusta con locura viajar. A mamá le asusta. Pero a mí me entusiasma.
_ Estoy seguro que os entusiasma todo aquello que no conocéis.
_ ¿Como es posible que hayáis acertado? _ Seguía burlándose.
_ Es fácil suponerlo. ¿Sería muy indiscreto preguntaros si conocéis el amor?
_ No, no lo es.

Luana pensó que sería divertido saber lo que aquel figurín versallesco opinaba del amor.
_ ¿Lo conocéis Luan?
_ No, y quisiera que usted me diera una opinión sobre él.
_ Hay muchas opiniones sobre este sentimiento. Unos consideran que es algo maravilloso e inquietante. Y otros que es una debilidad del corazón, muy enojosa, ya que los que la padecen se portan tontamente y sin sentido práctico alguno.

     Luana, sonrió al preguntar:

_ ¿Y vos Conde, quien creéis que tiene razón?
_ Sin ninguna duda, yo creo que…
_ ¿Los últimos, verdad?
_ ¿Como lo adivinasteis?- preguntó, con gesto de honda extrañeza.

    Y como él dijera anteriormente, la muchacha contestó riendo:

_ Era fácil suponerlo.

     Las olorosas flores de mimosa, que perfumaban el cielo, los álamos temblorosos, los blancos estefanotes de hermosas flores mate y brillantes hojas, los alhelíes de mil colores que contrastaban su perfume con el de las otras flores… todo parecía formar un suave eco a la risa maravillosa de aquella muchacha, bella y sugestiva…

3 comentarios:

  1. Me parece que Luana juega con fuego, solo que no lo sabe ;)

    Ha sido una segunda parte muy divertida, me encantan estos dos personajes y creo que sus escenas harán saltar chispas, que ya hemos visto algunas.

    Es un verdadero placer leer esta historia, Jota, me gusta mucho tu forma de narrar; los personajes, las descripciones, es como estar por allí, y eso es siempre un placer.

    Besos.

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  2. Estoy de acuerdo con Aglaia, me parece que no sabe Luana que está jugando con fuego... Pero lo vamos a pasar miy bien con esta pareja, que nos van a dar muy buenos e ingeniosos diálogos.
    Besotes!!!

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  3. Estos juegos no traen nada bueno, no, ya veremos el plan que se le está ocurriendo al señorito, jeje... Bss

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